sábado, 27 de septiembre de 2014

tristemente enamorada

 

No sé  mucho de poesía, me gusta pero no se de autores ni de corrientes literarias ni rima ni prosa ni nada, lo más cerca que he estado del estudio de la poesía fueron las clases de español en la secundaria, y nos hacían leer a Sor Juana Inés como si fuera lo mejor de lo mejor y la verdad no son muy de mi agrado sus poemas.

 

Mi hermana tenía un libro de poesía que me gustaba mucho, era una recopilación de poemas y memorice muchos de ellos, en ese entonces me gustaba mucho Manuel Acuña, y ahora estoy complemente enamorada de José Ángel Buesa y sus poemas, tiene un no sé qué al escribir que simplemente me enamora:

 

Alegoría del rio seco

 

 


I

Es triste la tristeza de este cauce vacío,

con árboles sin sombra muriendo en sus orillas;

y, como si lloraran por la ausencia del río,

son lágrimas de oro sus hojas amarillas.

 

Los bordes de este cauce son los labios de un viejo

que aprendió la amargura de besar en la frente;

y, como el marco inútil donde brilló el espejo,

hay algo que nos mira tras su reflejo ausente.

 

Es triste la tristeza de este cauce vacío,

triste como las canas de un hombre sin mujer,

porque el cauce es la inmensa desolación de un río

que se convierte en surco, sin lograr florecer...

 

II

 

A veces, en otoño, la lluvia persistente

llena la zanja seca con sus aguas sin brío,

y el cauce desolado tal parece que siente

la fugaz alegría de volver a ser río.

 

Hoy su propio silencio tiene una voz ajena,

y ayer, cantando el canto de las aguas felices,

olvido la asechanza de la sed de la arena

y el misterioso instinto que alarga las raíces.

 

Y, ante este gran cadáver que lucha con lo inerte,

en su terca esperanza rebosante de fe,

se diría que el cauce no comprendió su muerte

y se quedó esperando el agua que se fue.



 

 

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mérida, yucatán - octubre 2007