ha sido un fin de semana en mucho inspirador: me inspiro toda clase de sentimientos que creía muertos, enterrados, hechos polvo y olvidados... pero no, solo estaban escondidos en lo mas profundo de mi paciencia.
desesperación: que hay tan desesperante como un niño que llora a todo pulmón en un centro comercial hasta la madre de gente? Respuesta: que esté a tu cargo. A mi favor puedo decir que afortunadamente tengo un gran cariño por mis sobrinos y mucha mas paciencia que sus madres y que no termine estrangulando a ninguno de ellos, lo cual no implica que no haya sentido el deseo.
un GRAN sentimiento de vacío: bueno a decir verdad ese sentimiento lo experimento más bien mi cartera que disminuyo en algunos, considerables, cientos su saldo.
impotencia: en verdad que quisiera servir de más en mi casa pero no hay mucho que se pueda hacer, en algún lado leí de un indigente que estaba mal de sus facultades mentales y andaba todo zarrapastroso y que todo el que lo veía sentía mucha lástima por su condición pero el tipo era feliz, quizá un poco más feliz que cualquiera de los que al pasar lo miraban con lástima.
dolor: y no ha sido para menos, me he pegado tremendo golpe con uno de los pedales con el triciclo de mi hermana que casi lloro.
unión familiar: aunque mi familia sea lo más alejado a un ejemplo de unión y armonía al final de cuentas como me ha dicho mi papá: 'te chingas y lo haces por que perteneces a esta familia (lo que no puedo cambiar) y no hay quien lo haga'. Así que no queda más que hacer lo que se tiene que hacer, aunque sea de mala gana, jejeje. ¡¿que?! ¿a poco creyeron que lo haría de buen gusto?... ¡pues no!
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